jueves, 22 de diciembre de 2011

TALLER DE REHABILITACION 2011

La Rehabilitación se presentará en Enero de 2012 de la siguiente manera:
1. Presentar la solución del siguiente taller a mano, en hojas cuadriculadas.
VALOR= 40 %
2. Presentar evaluación escrita (en el mismo día que entrega el taller) sobre los temas contenidos en el respectivo taller. Llevar hoja cuadriculada doble.
VALOR= 60 %
3. La nota definitiva será la suma de las notas obtenidas en los dos items anteriores.
4. Recuerde que la nota mínima para aprobar es de 65.


Matemática Grado Noveno ...

lunes, 19 de diciembre de 2011

Los Dos Halcones



Un rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor le comunicó que uno de los halcones estaba perfectamente educado, pero que no sabía qué le sucedía al otro: no se había movido de la rama desde el día de su llegada a palacio, e incluso había que llevarle el alimento hasta allí.


El rey mandó llamar a curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al halcón. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió; por la ventana de sus habitaciones, el monarca veía que el pájaro continuaba inmóvil. Publicó por fin un bando entre sus súbditos solicitando ayuda, y a la mañana siguiente vio al halcón volar ágilmente por los jardines.


- Traedme al autor de ese milagro – dijo.


Enseguida le presentaron a un campesino.


- ¿Tu hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo lograste? ¿Eres mago acaso?

Entre feliz e intimidado, el hombrecito explicó:


- No fue difícil, su Alteza: Sólo corte la rama donde se sostenía. El pájaro se dio cuenta de que tenía alas y se lanzó a volar.


No te de miedo cuando algo o alguien te quite la rama donde te apoyas, quizás sea tu trabajo, tu sitio de vivir o cualquier otra cosa o circunstancia. Seguramente Dios te tiene algo mucho mejor preparado ya para ti y solo quiere que extiendas tus alas y empieces a volar.



“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” JUAN 14:27








sábado, 19 de noviembre de 2011

HORARIO HABILITACIONES 2011

El siguiente es el cronograma de Habilitaciones para los estudiantes, de sexto a décimo, de la Sede C en el año 2011. Favor presentarse en el salón de cada docente según el horario indicado a continuación y según las orientaciones que cada docente le haya dado.

LUNES 28 DE NOVIEMBRE

HORA
ASIGNATURAS
DOCENTES
6:30 - 7:30 A.M. Biologia / Quimica Mercedes W. / Vicente H.
7:30 - 8:30 A.M. Matemáticas Juan Carlos D. / José Casadiego / Rodrigo Carrillo
8:30 - 9:30 A.M. Artística Oscar Sanabria
9:30 - 10:30 A.M. Informática José Luis Beltrán
10:30 - 11:30 A.M. Inglés Yuri M. / Julia B. / Raquel S.

MARTES 29 DE NOVIEMBRE

HORA
ASIGNATURAS
DOCENTES
6:30 - 7:30 A.M. Sociales / Cíciva Rosalba P. / Lides H.
7:30 - 8:30 A.M. EspañolLuz Marta G. / Luz M. Pereira
8:30 - 9:30 A.M. GeometríaJuan Carlos D. / José Casadiego / Rodrigo C.
9:30 - 10:30 A.M. Contabilidad 8 y 9 / Física 10Yadith Prado / Juan Carlos D.
10:30 - 11:30 A.M. Religión / Etica / Filosofía 10Olinto Suárez


Ver Talleres de Habilitación de Matemáticas

Ver Taller de Rehabilitación de Matemáticas

lunes, 14 de noviembre de 2011

Talleres de Habilitación de Matemáticas 2011

La Habilitación se presentará de la siguiente manera:
1. Presentar la solución de los siguientes talleres a mano, en hojas cuadriculadas.
VALOR= 30 %
2. Presentar evaluación escrita (en el mismo día que entrega el taller - ver Horario de habilitaciones)sobre los temas contenidos en el respectivo taller. Llevar hoja cuadriculada doble.
VALOR= 70 %
3. La nota definitiva será la suma de las notas obtenidas en los dos items anteriores.
4. Recuerde que la nota mínima para aprobar es de 65.


Geometría Grado Noveno ...

Matemática Grado Noveno ...

Matemática Grado Décimo ...

Matemática Grado Undécimo...

viernes, 30 de septiembre de 2011

JOSÉ ELÍAS PUYANA


Equipo de trabajo 2008


TALLERES DE REFUERZO - SEGUNDO PERÍODO - 2011

Geometría Grado Noveno ...
Matemática Grado Noveno ...

Grado Décimo ...

Grado Undécimo ...


GRADOS AÑO 2010






miércoles, 31 de agosto de 2011

Dar y Perder la Vida




Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un hospital de Stanford, conocí a una niñita llamada Liz, quien sufría de una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse era una transfusión de sangre de su hermanito de cinco años, quien había sobrevivido a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.

El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó si estaría dispuesto a darle su sangre. Yo lo vi dudar por un momento antes de tomar un gran suspiro y decir: “Sí, lo haré si eso salva a Liz”.

Mientras la transfusión se hacía, él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana, muy sonriente, mientras nosotros los asistíamos y veíamos regresar el color a las mejillas de la niña. De pronto el pequeño se puso pálido y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: “¿A qué hora empezaré a morir?”

No había comprendido al doctor: pensaba que tendría que darle toda su sangre a su hermana. Y aún así había aceptado. Eso sí que es amor de verdad, amor desinteresado, que únicamente se preocupa por el bienestar del otro.

¿Sabes, que en el mundo entero sólo hay alguien que te ama de esa manera?
Sí, su nombre es el señor Jesucristo, quien dio su vida por ti y no le importó el tener que sufrir vituperios, ni golpes, ni ultrajes, sólo por ti, porque te ama tanto que le pareció muy poco el padecer en lugar tuyo. Sólo te resta aceptarle a El y darle las gracias por lo que ha hecho por ti, pídele perdón y recíbelo en tu corazón como tu Señor y Salvador.


“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”
II CORINTIOS 5:14-15





Volver a Reflexiones de Fé



miércoles, 29 de junio de 2011

Auxilio en la Lluvia

Una noche a las 11:30 P.M., una mujer afroamericana de edad avanzada estaba parada en el borde de una autopista de Alabama bajo una fuerte tormenta. Su automóvil se había descompuesto y necesitaba desesperadamente que alguien la llevara. Empapada, decidió hacerle señas al próximo carro que pasara. A pesar de ser una época de agudos conflictos raciales, un joven blanco se detuvo a ayudarla, la llevó a un lugar seguro y la puso en un taxi. La señora, que parecía bastante apurada, anotó la dirección del joven, le agradeció y se fue.

Siete días después, tocaron a la puerta de la casa del joven. Para su sorpresa, era un paquete a su nombre: un televisor de pantalla gigante con una nota que decía:

“Muchísimas gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia anegó no sólo mi ropa sino también mi espíritu. Entonces apareció usted. Gracias a usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a otros desinteresadamente.”

“Sinceramente,
La señora de Nat King Cole”





Regresar a Reflexiones de Ayuda

miércoles, 11 de mayo de 2011

Aprovecha este Momento




Imagínate que existe un banco, que cada mañana abona en tu cuenta la cantidad de 86.400 pesos.

Ese extraño banco, al mismo tiempo, no arrastra tu saldo de un día para otro. Cada noche borra de tu cuenta el saldo que no has gastado. ¿Qué harías? Imagino que retirar todos los días la cantidad que no has gastado, ¿no?

Pues bien: cada uno de nosotros tenemos ese banco; su nombre es tiempo. Cada mañana, este banco abona en tu cuenta personal 86.400 segundos. Cada noche ese banco borra de tu cuenta y da como perdida cualquier cantidad de ese saldo que no hayas invertido en algo provechoso. Ese banco no arrastra saldos de un día a otro; no permite sobregiros. Cada día te abre una nueva cuenta. Cada noche elimina los saldos del día. Si no usas tu saldo durante el día, tu eres el que pierdes.

No puedes dar marcha atrás. No existen cargos a cuenta del ingreso de mañana: debes vivir el presente con el saldo de hoy. Por tanto, mi consejo es que debes invertir de tal manera, que consigas lo mejor en salud, felicidad y éxito. El reloj sigue su marcha; consigue lo máximo en el día.

Para entender el valor de un año, pregúntale a algún estudiante que repitió curso.

Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que alumbro a un bebé prematuro.

Para entender el valor de una semana, pregúntale al editor de un semanario.

Para entender el valor de una hora, pregúntale a los amantes que esperan para encontrarse.

Para entender el valor de un minuto, pregúntale al viajero que perdió el tren...

Para entender el valor de un segundo, pregúntale a una persona que estuvo a punto de tener un accidente.

Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale al deportista que ganó una medalla de plata en las olimpiadas.

Atesora cada momento que vivas; y ese tesoro tendrá mucho más valor si lo compartes con alguien especial, lo suficientemente especial como para dedicarle tu tiempo...

Y recuerda que el tiempo no espera por nadie.





miércoles, 20 de abril de 2011

¡Un Milagro!


Una pequeña niña fue a su habitación y sacó un frasco que estaba escondido en su closet.

Esparció su contenido en el suelo y contó con cuidado. Tres veces, incluso. el total fue contado a la
perfección. No había cabida a errores.

Con cuidado regresó las monedas al frasco y cerrando la tapadera, ella salió sigilosamente por la puerta trasera y caminó 6 cuadras hasta la Farmacia de Rexall, que tenía un gran signo de jefe indio sobre la puerta.

Ella esperó pacientemente a que el farmacéutico le prestara atención, pero estaba muy ocupado por el momento. Tere movió sus pies para que rechinaran sus zapatos. Nada. Se aclaró la garganta lo mas fuerte que pudo. No sirvió de nada, finalmente tomó 25 centavos del frasco y tocó en el mostrador de cristal. Con eso fue suficiente!

'Y que es lo que quieres?' le preguntó el farmacéutico con tono de disgusto en la voz. Estoy hablando con mi hermano que viene de Chicago no he visto en años

eh 'Bueno, quiero hablar contigo acerca de mi hermano' - Tere le contestó con el mismo tono de impaciencia.

'El está realmente muy, muy enfermo . . . y quiero comprar un milagro'.

'Perdon ?'
dijo el farmacéutico.

'Su nombre es Andrés y algo malo ha estado creciendo en su cabeza y mi papi dice que solo un milagro puede salvarlo, ahora dime, cuanto cuesta un milagro.

'Nosotros no vendemos milagros aqui, chiquita.
Lo siento pero no puedo ayudarte' - dijo el farmacéutico, con voz suave.

Oye, tengo dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré lo que falte. solo dime cuanto cuesta'

El hermano del farmacéutico que era un hombre muy bien vestido. Intervino y le preguntó a la niñita, 'Que clase de milagro necesita tu hermano?'

'No sé, replicó Tere, con los ojos muy abiertos. Yo solo se que está muy enfermo y mami dice que necesita una operación. Pero mi papi no puede pagarla,por eso quiero usar mi dinero'


'Cuánto tienes?', le preguntó el hombre de Chicago

'Un dólar con diez y once centavos', contestó Tere, apenas audible.
Y ese es todo el dinero que tengo, pero puedo conseguir mas si es necesrio'

'Bueno, que coincidencia', sonrió el hombre.
'Un dólar y once centavos---el precio exacto de un milagro para los hermanitos'.

El tomó el dinero en sus manos y con la otra sostuvo su manita enguantada y dijo 'Lleváme a donde vives. Quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres. Veamos si tengo el milagro que necesitas'


Ese hombre bien vestido era el Dr. Carlton Armstrong, un cirujano especializado en neuro-cirujía.
La operacion fue completamente gratis y sin cargo alguno por su estancia en el hospital, hasta que Andrés regreso sano a casa.

Mami y papi comentaron felices de la cadena de eventos que les trajo a todo esto.

'Esa cirujía', susurraba su madre, 'fue un milagro real. Ya me imagino cuanto podría costar?

Tere sonrió. Ella sabía exactamente cuanto cuesta un milagro. . . un dólar con once
centavos. . .mas la fe de una chiquilla.

En nuestras vidas nunca sabemos cuantos milagros vamos a necesitar.


Heb 11:1

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Regresar a Reflexiones de Milagros

Reflexiones de Ayuda Mutua

Mi Mejor Amigo
Auxilio en la Lluvia
¿Quién me Necesita?
Asamblea en la Carpintería
El Perro Fiel


Reflexiones de Ánimo


Globos Negros
Los Dos Halcones
La Ranita Sorda
Obstáculos en el Camino
El Escorpión y el Maestro
El Águila que Nunca fué




Reflexiones de Fé



Dar y Perder la Vida
No Pierdas La Esperanza
Lo que Dios te Dice




Reflexiones de Edificación


Siempre se ha hecho así
Las Tres Rejas
La Perfección de Dios
Con el Tiempo
El Perrito Cojo
El Caballo Romano
El Águila que Nunca Fue
El Sabio de Egipto
El Ladrillazo
Cuida Tus Palabras




Reflexiones de Milagros



Cuando soy un Milagro
Un Milagro



Reflexiones Familiares


¿Desgracia o Bendición?
Papi, ¿Cuánto ganas por hora?
Acéptate como Eres


Indice de Reflexiones




lunes, 21 de marzo de 2011

La Ranita Sorda

Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le dijeron a las caídas que, para efectos prácticos, debían darse por muertas.

Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decían que esos esfuerzos serían inútiles.

Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por vencida y murió. La otra continuo saltando con tanto esfuerzo como le era posible.

La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo.

Las otras le preguntaron: “¿No escuchabas lo que te decíamos?”

La ranita les explicó que era sorda, y creía que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse más y más para salir del hueco.
Regresar a Reflexiones de Ánimo

Las Tres Rejas

El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo:
- Maestro, un amigo suyo estuvo hablando de usted con malevolencia.
- ¡Espera! – lo interrumpió el filósofo –
- ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
- ¿Las tres rejas?
- Sí. La primera es la reja de la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
- No; lo oí comentar a unos vecinos.
- Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿Es bueno para alguien?
- No, en realidad no. Al contrario…
- ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
- A decir verdad, no.
- Entonces, - dijo el sabio sonriendo – si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

Por eso hagamos lo mismo con aquellas cosas pasadas que muchas veces nos torturan, sepultémoslas en el olvido, porque El Señor ya hizo lo mismo.



No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
FILIPENSES 3:12-14

Regresar a Reflexiones de Edificación

sábado, 26 de febrero de 2011

¿Quién me Necesita?


Recibí una llamada telefónica de un buen amigo, que me alegró mucho. Lo primero que me preguntó fue:

- ¿Cómo estás?

Sin saber porqué le contesté:

- Muy solo.

- ¿Quieres que hablemos?


L e respondí que sí y añadió:

- ¿Quieres que vaya a tu casa?

Dije que sí. Colgamos el teléfono y en menos de quince minutos estaba tocando a mi puerta. Yo hablé por horas de todo: mi trabajo, mi familia, mi novia, mis deudas; él atento siempre me escuchó. En esas se nos hizo de día. Yo estaba agotado mentalmente; me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara, me apoyara y me hiciera ver mis errores. Cuando él notó que ya me encontraba mejor, me dijo:

- Bueno, me voy, tengo que trabajar.


Sorprendido le dije:
- ¿Por qué no me habías dicho que tenía que ir a trabajar? Mira la hora que es. No dormiste nada, te quité toda la noche.

Él sonrió y me dijo:

- No hay problema, para eso estamos los amigos.

Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así. Lo acompañé a la puerta de mi casa y cuando caminaba hacia su automóvil, le grité desde lejos:

- Y a todo esto, ¿Por qué llamaste anoche tan tarde?

Regresó y me dijo en voz baja:

- Quería darte una noticia.
- ¿Qué pasó ? – Le pregunté
- Fui al doctor y me dijo que estoy gravemente enfermo.

Yo me quedé mudo. Él sonrió de nuevo y agregó:

- Ya hablaremos de eso. Que tengas un buen día.

Pasó un largo rato hasta que pude asimilar la situación, y me pregunté una y otra vez: ¿Por qué cuando me preguntó cómo estaba me olvidé de él y sólo hablé de mí? ¿Cómo tuvo la fuerza para sonreírme, darme ánimos y decirme todo lo que me dijo? Esto es increíble.

Desde entonces mi vida ha cambiado: ahora soy menos dramático con mis problemas y disfruto más de las cosas buenas. Ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero.
Regresar a Reflexiones de Ayuda

miércoles, 2 de febrero de 2011

La Perfección de Dios

En Brooklyn, New York, hay una escuela para niños de lento aprendizaje. Algunos pasan ahí la totalidad de su vida escolar, mientras que otros son enviados a escuelas convencionales. En una cena que tuvo lugar en la escuela, el padre de Robert, uno de estos niños, dio un discurso que jamás podrán olvidar quienes lo escucharon.

“¿Dónde está la perfección en mi hijo Robert? Toda la obra de Dios está hecha a la perfección. Pero mi niño no puede entender cosas que otros niños entienden. Mi niño no puede recordar hechos y figuras que otros niños recuerdan. ¿Dónde está pues la perfección de Dios? “

La audiencia quedó atónita ante esta pregunta, formulada por un hombre que se veía angustiado. “Yo creo – continuo – que cuando Dios permite que vengan al mundo niños así, su perfección radica en la forma como los demás reaccionan ante ellos”.

Luego contó una historia acerca de su hijo. Una tarde, los dos caminaban por un parque donde un grupo de niños estaba jugando béisbol. “¿Crees que me dejaran jugar?”, preguntó Robert. El sabía que su hijo no era un atleta y que los demás no lo querrían en su equipo, pero entendió que le llamaba la atención participar en el juego porque estaba seguro de ser como todos los demás.

El padre llamó a uno de los niños y le preguntó si Robert podía jugar. El miró a sus compañeros de equipo y, al no obtener ninguna respuesta, tomó la decisión: “Estamos perdiendo por seis carreras y el juego está en la octava carrera. No veo inconveniente. Creo que puede estar en nuestro equipo, y trataremos de ponerlo al bate en la novena carrera.”

El señor quedó boquiabierto con la respuesta, y Robert sonrió. Quería que lo pusieran en una base; así dejaría de jugar en corto tiempo, justo al final de la octava carrera. Pero los niños hicieron caso omiso de ello. El juego se estaba poniendo bueno, el equipo de Robert anotó de nuevo y ahora estaba con dos outs y las bases llenas. El mejor jugador iba corriendo a base, y Robert estaba preparado para empezar.

¿Dejaría el equipo que Robert fuera al bate, arriesgando la oportunidad de ganar el juego? Sorpresivamente, Robert estaba al bate. Todos pensaron que ese era el fin, pues ni siquiera sabía tomarlo. De cualquier forma, cuando Robert estaba parado en el plato, el pitcher se movió algunos pasos para lanzar la pelota suavemente, de forma que el niño al menos pudiera hacer contacto con ella. Robert falló. Entonces, uno de sus compañeros de equipo se acercó a él y le ayudó a sostener el bate. El pitcher dio unos pasos y lanzó suavemente. Robert y su compañero le dieron a la pelota, que regresó inmediatamente a manos del pitcher. Este podía lanzar la pelota a primera base, ponchando a Robert y sacándolo del juego. En vez de eso, la lanzó lo más lejos que pudo de primera base. Todos empezaron a gritar: “! Robert, corre a primera, corre a primera base!” El nunca había corrido a primera base, pero todos le indicaban hacia dónde debía hacerlo.

Mientras Robert corría, un jugador del otro equipo tenía ya la bola en sus manos. Podía lanzarla a segunda base, dejando por fuera a Robert, pero entendió las intenciones del pitcher y la lanzó bien alto, lejos de la segunda base. Todos gritaron: “!corre a segunda, corre a segunda base!” Robert corrió, y otros niños corrían a su lado y le daban ánimos para continuar.

Cuando Robert tocó la segunda base, el del otro equipo paró de correr hacia él, le mostró la tercera base y le gritó: “!corre a tercera!” Conforme corría a tercera, los niños de los dos equipos iban corriendo junto a él, gritando todos a una sola voz: “! Robert, corre a cuarta!” Robert corrió a cuarta y paró justo en el plato de home, donde los dieciocho niños lo alzaron en hombros y lo hicieron sentir un héroe: había hecho una gran carrera, había ganado el juego por su equipo.

“Aquel día – dijo el padre de Robert, con lágrimas rodando por sus mejillas-, esos dieciocho niños mostraron con un gran nivel la perfección de Dios”

Regresar a Reflexiones de Edificación

jueves, 20 de enero de 2011

INDICE DE ADIVINANZAS



Alimentos 1  Animales 1  Objetos 1  Personas 1
Alimentos 2 Animales 2 Objetos 2 Personas 2

Respuestas Adivinanzas Sobre Personas

  1. Esteban
  2. La lengua
  3. La barba
  4. Francisco
  5. Luisa
  6. El cerebro
  7. El cuello
  8. Los labios
  9. Simona
  10. Vicente
  11. La oreja
  12. El cabello
  13. Los pies
  14. Vicenta
  15. Adan y Eva
  16. Carmen
  17. Florentina
  18. La boca
  19. La cabeza
  20. Margarita

martes, 18 de enero de 2011

Con el Tiempo

Con el tiempo...
comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo...
te das cuenta que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.

Con el tiempo...
te das cuenta que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.

Con el tiempo...
entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.

Con el tiempo...
aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo...
aprendes que disculpar, cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes.

Con el tiempo...
comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo...
te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día lloraras por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo...
te das cuenta que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo...
te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.

Con el tiempo...
aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo...
comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo...
te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo...
aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo... ante una tumba... ya no tiene ningún sentido.

Regresar a Reflexiones de Edificación

viernes, 14 de enero de 2011

No Pierdas la Esperanza


No pierdas la esperanza.

Hay momentos en que resulta difícil creer en el futuro, en que temporalmente nos falta valor. Cuando esto ocurra...

Concéntrate en el presente.

Cultiva la pequeña dicha hasta que regrese el valor.

Aguarda con ilusión la belleza del siguiente instante, de la siguiente hora; la promesa de una buena comida, del sueño de un libro, de una película; la probabilidad de que esta noche brillen las estrellas y mañana resplandezca el sol.

Hunde tus raíces en el ahora hasta que crezca en ti la fuerza suficiente para pensar en el mañana.

Levanta tus ojos a lo alto y reconoce que allá arriba está el Todopoderoso, en quien puedes confiar, en quien puedes depositar tu vida con plena certidumbre de que él te ayudará y te hará salir adelante, coloca tu vida y tu futuro en las manos de él.

No pierdas la esperanza.


Gustad, y ved que es bueno Jehová;dichoso el hombre que confía en él.

SALMOS 34:8


Regresar a Reflexiones de Fé

sábado, 8 de enero de 2011

¿Desgracia o Bendición?

En un pequeño pueblo vivía un anciano con su hijo de 17 años. Un día, el único caballo con que trabajaba saltó la cerca y se fue con varios caballos salvajes. La gente del pueblo murmuraba: ¡Que desgracia la suya don Cipriano!, y él tranquilo, contestaba: ¡Quizás una desgracia o quizás una bendición!.

Días después, el caballo blanco volvió junto a un hermoso caballo salvaje, y la gente saludaba al anciano diciéndole: ¡Que bendición la suya don Cipriano!, a lo que inmediatamente replicaba: ¡Quizás una desgracia o quizás una bendición!

Alos pocos días, el hijo adolescente, mientras montaba el caballo salvaje para domarlo, fue derribado y se fracturó una pierna, a raíz de lo cual empezó a cojear, y la gente le decía al anciano: ¡Que desgracia la suya don Cipriano!, y él tranquilo contestaba: ¡Quizás una desgracia o quizás una bendición!

Días después inició la guerra y todos los jóvenes del pueblo fueron llevados al frente de batalla, pero a su hijo no o llevaron por su cojera, y toda la gente del pueblo saludaba al anciano y le decían: ¡Que bendición la suya don Cipriano! Y él con su fe inquebrantable, contestó una vez mas diciendo: Sólo Dios lo sabe, ¡Quizás una desgracia o quizás una bendición!
Regresar a Reflexiones Familiares

viernes, 7 de enero de 2011

Respuestas Adivinanzas Objetos

  1. La Campana
  2. El día de Mañana
  3. La Letra O
  4. El hacha
  5. La Tela
  6. La Oscuridad
  7. El Cerebro
  8. Una Sartén
  9. El Anillo
  10. Un Guante
  11. La Letra A
  12. La Mentira
  13. La Almohada
  14. La Razón
  15. La Conciencia
  16. Las Cosquillas
  17. El Matrimonio
  18. La Mentira
  19. El Pensamiento

jueves, 6 de enero de 2011

El Perrito Cojo

El dueño de una tienda estaba poniendo en la puerta un cartel que decía: “Cachorros en venta”. Como esa clase de anuncios siempre atrae a los niños, de pronto apareció un pequeño y le preguntó:

- ¿Cuál es el precio de los perritos?
El dueño contestó:
- Entre cinco y diez mil pesos.

El niñito se metió la mano al bolsillo y sacó unas monedas.

- Sólo tengo dos mil pesos. ¿Puedo verlos?

El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió una perra seguida por cinco perritos, uno de los cuales se quedaba atrás. El niño inmediatamente señaló al cachorrito rezagado.

- ¿Qué le pasa a ese perrito? – Preguntó

El hombre le explicó que el animalito tenía la cadera defectuosa y cojearía por el resto de su vida. El niño se emocionó mucho y exclamó:

- ¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!

Y el hombre replicó:
- No, tú no vas a comprar ese cachorro. Si realmente lo quieres, yo te lo regalo.

El niñito se disgustó y, mirando al hombre a los ojos, le dijo:

- No, no quiero que usted me lo regale. Creo que vale tanto como los otros perritos, y le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis dos mil pesos ahora, y quinientos pesos cada mes, hasta que lo haya pagado todo.

El hombre contestó:
- Hijo, en verdad no querrás comprar ese perrito. Nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros.

El niñito se agachó y levantó su pantalón para mostrar su pierna izquierda, retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:

- Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda.

El hombre se mordió el labio y, con los ojos llenos de lágrimas dijo:
- Hijo, espero que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú.


Regresar a Reflexiones de Edificación

miércoles, 5 de enero de 2011

Respuestas Adivinanzas Animales

  1. Un pez
  2. Una vaca
  3. La hormiga
  4. La tortuga
  5. La oveja
  6. El pulpo
  7. El gato
  8. El topo
  9. El toro
  10. La serpiente
  11. La rana
  12. La pulga
  13. El pollo
  14. El saltamontes
  15. El ratón



Ver Indice de Adivinanzas

martes, 4 de enero de 2011

Papi, ¿Cuánto Ganas por Hora?

En el mismo momento en que lo vio llegar a casa, un niño le preguntó a su padre:
- ¿Papi, cuánto ganas por hora?

Así, con voz tímida y ojos de admiración, un pequeño lo recibía al término de su trabajo. El padre miró con rostro severo al niño y repuso:
- Mira hijo, esos datos ni tu madre los conoce, no me molestes que estoy cansado.
- Pero papi – insistía – sólo es una pregunta: ¿cuánto ganas por hora?

La reacción del padre esta vez fue menos severa y contestó:
- Bueno hijo, pues 10000 pesos la hora.
- Papi, ¿me podrías prestar 5000 pesos? – Preguntó de inmediato el pequeño.

El padre montó en cólera y tratando con brusquedad al pequeño le dijo:
-¡Así que era esa la razón de saber lo que gano! ¡Vete a dormir y no molestes, muchacho aprovechado!

Al caer la noche, el padre había meditado sobre lo sucedido y se sentía culpable. Tal vez su hijo quería comprar algo. En fin, queriendo descargar su conciencia se asomó al cuarto de su hijo.

- ¿Duermes hijo? – Preguntó el padre.
- No, papi, dime – Contestó entre dormido.
- Aquí tienes el dinero que me pediste – respondió el padre.
- Gracias papi – contestó con alegría el pequeño.- y metiendo su manita bajo la almohada sacó otros billetes.
- Papi, ahora ya lo completé todo: Tengo los diez mil pesos. ¿Me podrías vender una hora de tu tiempo?
Regresar a Reflexiones Familiares

domingo, 2 de enero de 2011

Respuestas Adivinanzas Alimentos

  1. Un huevo
  2. El coco
  3. El té
  4. El ajo
  5. La leche
  6. El pan
  7. Las castañas
  8. El coco
  9. El huevo
  10. El jamón
  11. La granada
  12. El limón
  13. La sandía
  14. La uva
  15. El níspero
  16. La nuez
  17. La uva pasa
  18. El aceite
  19. La aceituna
  20. La pera



Ver Indice de Adivinanzas

Asamblea en la Carpintería



Hubo en la carpintería una extraña asamblea; las herramientas se reunieron para arreglar sus diferencias. El martillo fue el primero en ejercer la presidencia, pero la asamblea le notificó que debía renunciar. ¿la causa? Hacía demasiado ruido y se pasaba el tiempo golpeando.

El martillo reconoció su culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo: había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

El tornillo aceptó su retiro, pero a su vez pidió la expulsión de la lija: era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

La lija estuvo de acuerdo, con la condición de que fuera expulsado el metro, pués se la pasaba midiendo a los demás, como si él fuera perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició el trabajo, utilizando alternativamente el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Al final, el trozo de madera se había convertido en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la asamblea reanudó la deliberación. Dijo el serrucho: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestras flaquezas y concentrémonos en nuestras virtudes”.

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija limaba asperezas y el metro era preciso y exacto. Se sintieron como un equipo capaz de producir hermosos muebles, y sus diferencias pasaron a segundo plano.

Regresar a Reflexiones de Ayuda